viernes, 6 de noviembre de 2015

La Polea

 Una polea es una máquina simple, un dispositivo mecánico de tracción, que sirve para transmitir una fuerza. Además, formando conjuntos —aparejos o polipastos— sirve para reducir la magnitud de la fuerza necesaria para mover un peso.
Según la definición de Hatón de la Goupillière, «la polea es el punto de apoyo de una cuerda que moviéndose se arrolla sobre ella sin dar una vuelta completa»1 actuando en uno de sus extremos la resistencia y en otro la potencia.
Partes de la polea
  1. La llanta: Es la zona exterior de la polea y su constitución es esencial, ya que se adaptará a la forma de la correa que alberga.
  1. El cuerpo: Las poleas estarán formadas por una pieza maciza cuando sean de pequeño tamaño. Cuando sus dimensiones aumentan, irán provistas de nervios y/o brazos que generen la polea, uniendo el cubo con la llanta.
  1. El cubo: Es el agujero cónico y cilíndrico que sirve para acoplar al eje. En la actualidad se emplean mucho los acoplamientos cónicos en las poleas, ya que resulta muy cómodo su montaje y los resultados de funcionamiento son excelentes.
  1. Polea

Está compuesta por tres partes:
  1. Del francés poulie, una polea  forma parte de las denominadas máquinas simples. Está formada por una rueda móvil alrededor de un eje, que presenta un canal en su circunferencia. Por esa garganta atraviesa una cuerda, en cuyos extremos accionan la resistencia y la potencia.
  1. La polea, de este modo, permite transmitir una fuerza  y ayuda a movilizar un peso. Por ejemplo: “Los albañiles han instalado una polea para subir los materiales a la planta alta”, “Tendríamos que idear un sistema de poleas para poder mover estas cajas”“Los bomberos armaron una polea y, de este modo, lograron rescatar al caballo que estaba atrapado en el pantano”.

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